¿CÓMO AUTOREGULARSE?

Regularse emocionalmente significa evaluar y modificar las reacciones emocionales, especialmente su intensidad y su mantenimiento en el tiempo, con la finalidad de atender a determinados objetivos.

No se trata de eliminar el malestar que nos ocasiona un acontecimiento determinado, sino saber manejar dicha emoción para que no sea tan intensa y duradera  y así nos permita manejar adecuadamente nuestros comportamientos.

Hay niños más reactivos que otros y que experimentan más emociones negativas que otros, por
ejemplo desde muy pequeños observamos cómo hay niños con una mayor tendencia a experimentar ansiedad o enfado que otros.

close-up of small traffic semaphore with red light against the backdro of the city traffic

El hecho de que un niño sea altamente reactivo puede hacer que necesite más la asistencia de sus cuidadores para que le ayuden a saber regularse emocionalmente. Los niños más reactivos emocionalmente tienen estrategias de autorregulación emocional menos eficaces. Su temperamento afecta a la intensidad de la emoción y por consiguiente a la estrategia de autorregulación menos eficiente.

Por ejemplo los niños más miedosos tienen reacciones más intensas y recurren a estrategias más pasivas y dependientes. La disponibilidad del adulto para enseñarle estrategias más autonomas y sofisticadas ayuda al niño a controlar más eficazmente su miedo.

Por ejemplo, un niño puede ser más miedoso que otro y llama a su madre cada noche para que la presencia de su madre le calme. Su madre puede acude a consolarle pero ha de enseñarle estrategias para que el niño sepa manejar su miedo (por ejemplo enseñarle a distraerse con sus juguetes o distrayendo su atención), puesto que de no ser así, el niño dependerá (usará estrategias dependientes como esperar que su madre le atienda física o verbalmente) para calmarse.

Es importante tener en cuenta el temperamento del niño para ajustar como educadores las estrategias de enseñar la regulación de las emociones. Los dos primeros años de vida suponen un punto clave para el aprendizaje y el paso de unas estrategias más rudimentarias de control emocional a unas más autónomas fruto de desarrollo de mecanismos cognitivos, atencionales y lingüísticos necesarios para la capacidad de regulación emocional.

TECNICAS DE AUTOCONTROL PARA PEQUEÑOS

  1. Rueda de opciones para el control del ira: Se trata de una técnica de Disciplina Positiva que consiste en crear junto al niño una rueda con opciones de cosas que él puede hacer para calmarse cuando se siente enojado frustrado.
    Esta rueda en forma de pastel (o torta para la gente del sur de América) se dibuja sobre una cartulina y en lo que sería cada “rebanada” o “porción” se dibuja o pega una imagen de las opciones que el niño haya mencionado, por ejemplo: tomarme
    unos minutos a solas, expresar con palabras cómo se siente, dibujar, contar hasta diez, saltar, etc. Las opciones deben ser acciones válidas y que respeten la integridad del niño y sus familiares.
  2. Tiempo fuera positivo: Esta es otra herramienta de Disciplina Positiva. Consiste en crear un lugar especial dentro de la casa o el aula, al cual el niño/a pueda recurrir para calmarse y volver a su centro (estado emocional equilibrado)
    cuando se sienta alterado o fuera de control. Este lugar debe ser escogido y decorado en conjunto con el niño/a y debe contener elementos que lo inviten a relajarse y a sentir paz, como por ejemplo: libros, música, juguetes, hojas y colores para
    dibujar, una pizarra, peluches, plastilina, etc.Es muy importante no confudir con un tiempo fuera consecuencia de un regaño o castigo. Ésta técnica pretende ofrecer un espacio para la gestión de las emociones.
  3. El semáforo: Es una técnica efectiva para autorregular en los niños comportamientos impulsivos, arranques de ira o agresión y consiste en entrenar al pequeño para que cuando sienta que está por caer en estos comportamientos “actúe”
    como lo hace un semáforo. ROJO para DETENERSE, es decir, quedarse quieto tal cual lo hacen los autos en el tránsito. AMARILLO para PENSAR lo que está sucediendo y detectar posibles SOLUCIONES y VERDE para ACTUAR llevando a la práctica alguna de
    esas opciones. Para que el niño/a comprenda bien esta técnica, es recomendable estimularlo creando una simple gráfica con él/ella y colocarla donde pueda verla. Esta gráfica que contiene el dibujo de un semáforo y unas sencillas instrucciones
    ayudará al pequeño a recordar cómo funciona. Aquí te comparto un ejemplo de las frases: Luz Roja: ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar. Luz Amarilla: PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias. Luz Verde: ADELANTE y pon en práctica
    la mejor solución.
  4. Tocar agua o arena: Esta herramienta holística, asegura que muchos niños más sensoriales se calman al estar en contacto con elementos de la naturaleza. Si tu hijo/a tiene esta sensibilidad, cada vez que se enoja, puedes ofrecerle
    una pequeña cubeta con agua para que meta sus manitos y agregarle shampoo (opcional) para que cambie la textura y el aroma, lo cual podría serle más atractivo y relajante. También puedes tener una caja o cubeta con arena para que el niño esté
    en contacto con ella. A muchos les encanta tocar y jugar con la arena porque los distrae y entretiene. Si gustas, también podrías poner en la caja juguetes de plástico o madera como palitas, rastrillos, cubetas (baldecitos), etc.
  5. Escuchar mantras: Seguro alguna vez has oído la frase “la música calma a las fieras”. Esto hace referencia al poder tranquilizador que la música ejerce sobre la mente de las personas al activar ciertas áreas de nuestro cerebro
    que nos brindan calma y relax. Así que si a tu niño le gusta escuchar música o es algo habitual en la casa, cuando se sienta estresado, puedes ponerle un mantra o música relajante, o porque no, también estimulante (dependiendo de cada niño) para
    ayudarlo a volver a su centro.
  6. Soplar burbujas: Está técnica es para lograr la calma a través del control de la respiración. Consiste en imaginar que se hacen burbujas, para lo cual es necesario controlar la respiración soplando suavemente para que las burbujas
    se formen. El adulto puede acompañar al niño respirando calmadamente con él para demostrarle cómo se hace. Otra variante o forma, es soplar burbujas en un vaso con agua con la ayuda de un popote o sorbito. Si gustas, puedes agregar colorante
    natural de tartas (o simil) para teñir el agua de colores y hacer esta técnica más atractiva para tu hijo/a.
  7. Meditación del globo: Aquí enseñas al niño/a a sentir su abdomen como un gran globo que se infla y desinfla al respirar. En cada inhalación su pancita se inflará y en cada exhalación se desinflará. Esta consciencia corporal aunada
    a la respiración le proporcionará calma mental.
  8. Ofrecer un abrazo y contención: El amor y el contacto afectuoso producen oxitocina, una hormona que regula las emociones estresantes y proporciona bienestar. Es lindo recibir abrazos y cariño, sobre todo de quienes queremos.
    Sin embargo, a muchos niños y personas les cuesta poder recibirlos en el momento justo cuando están enojados, es normal. Así que para aplicar esta técnica de forma respetuosa y que realmente funcione, sugiero preguntar antes al niño/a si un abrazo
    le ayudaría a calmarse o si prefiere usar otra herramienta.
  9. Fabricar una bolita antiestrés: Esta técnica tan conocida en el mundo adulto, perfectamente la podemos poner en práctica con los niños y más si los ayudamos a construir sus propias “pelotillas antiestrés”. Es muy sencillo y divertido.
    Solo tienes que conseguir un globo grueso (o tratar de meter uno dentro de otro) y rellenarlo con alpiste o arroz. Toma en cuenta que el tamaño de la pelotita debe ser el adecuado para que quepa en la palma de la mano de tu hijo/a. Y como siempre,
    si quieren llevar las técnicas a un nivel más de atracción, pueden pintarle caritas con plumones indelebles y hasta ponerle un nombre!
  10. Tú: la herramienta más eficaz para modelar el autocontrol en tus hijos: Más allá de cualquier técnica que pongamos en práctica con nuestros pequeños para ayudarlos a calmarse, la forma más efectiva y eficiente de lograrlo es
    a través del propio ejercicio y autocontrol emocional. Las personas en nuestro cerebro tenemos un mecanismo de imitación para el aprendizaje conocido como “neuronas espejo”. Estas neuronas tienen la función de imitar el comportamiento de las personas
    que están a nuestro alrededor con la finalidad de aprender de ese entorno. De esta manera, si tú eres un ejemplo de conducta, si ante el estrés tú como padre y persona eres capaz de no perder el control y lograr hacer algo efectivo para calmarte,
    ten por seguro que estarás dando a tu peque el mensaje más poderoso y le estarás obsequiando una habilidad para la vida.


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