En este capítulo encontrarás a dos grandes de la motivación: Benjamín Zander y José Antonio Marina. Con ellos aprenderemos lo esencial para la motivación personal y cómo provocarla en otros. Estás en el apartado de competencias del docente del siglo XXI. Mucho ánimo.

“El aprendizaje real en la clase depende de la habilidad del
profesor para mantener y mejorar la motivación que traían los estudiantes
al comienzo del curso. Sea cual sea el nivel de
motivación quetraen los estudiantes, será cambiado, a mejor o a peor, por lo que ocurra en el aula”
Ericksen, 1978.

La mayor parte de los alumnos tienen años de experiencia en clases en las que se les ha obligado a estar sentados, callados, escuchando. Para ellos el profesor era la fuente del conocimiento, de manera que el aprendizaje era algo que se inyectaba mágicamente en algún momento sin la participación de su conciencia. En la educación no formal, dado los cambios en los contenidos, ocurre menos, pero, lamentablemente, ocurre.

La realidad indica que lo importante no es la enseñanza, sino lo que los alumnos sean dóciles y «traguen» los contenidos que se le dan. La calidad del aprendizaje está relacionada directamente con la calidad de la enseñanza. ¿Se produce este aprendizaje? Una de las mejores maneras de mejorar el
aprendizaje es mejorar la forma en la que tenemos de enseñar.

En la educación no formal también se enseña: valores, formas de relación, soft skills, trabajo en equipo, cooperación, resolución de conflictos, etc… merece la pena reflexionar cómo se produce el aprendizaje en los muchachos/as con los que trabajamos. Ser sistemático y exigente en los planteamientos docentes nos llevará al éxito en el aprendizaje.

El aprendizaje real en la clase depende de la habilidad del profesor, el aprendizaje real en la educación no formal depende de la habilidad del educador. En esto los dos ámbitos son iguales. Para mantener y mejorar la motivación que traían los estudiantes al comienzo del curso, sea cual sea el nivel de motivación que traen los estudiantes o usuarios del programa del que nos hacemos cargo, será cambiado, a mejor o a peor, por lo que ocurra en el espacio docente que gestionamos.

No hay una fórmula mágica para motivarles. Muchos factores afectan a la motivación de un muchachos/as dado para el trabajo y el aprendizaje (Bligh, 1971; Sass, 1989), como por ejemplo el interés en la materia, la percepción de su utilidad, la paciencia del alumno… Y no todos los estudiantes vienen motivados de igual manera. No todos los niño/as, adolescentes y jóvenes vienen motivados de la misma manera. Y lo que sí está claro es que las personas que están motivadas son más receptivos, aprenden más y se relacionan mejor. La motivación tiene una influencia importantísima en el aprendizaje.

Lo que sí parece ser cierto es que la mayoría de los estudiantes responden de una manera positiva a una asignatura bien organizada, enseñada por un profesor entusiasta que tiene un interés destacado en los estudiantes y en lo que aprenden. Si queremos que aprendan, debemos crear condiciones que promuevan la motivación.

Lo mismo ocurre en una reunión con una dinámica de grupo o en un campamento. Los niños/as responde de una manera positiva ante la sorpresa, la buena organización, un juego bien planteado o una estrategia de grupo bien fundamentada.

Empecemos con unos primeros consejos para motivar:

  • Apoyarles, diciéndoles que pueden hacerlo bien, se puede elegir…
  • Intentar crear una atmósfera abierta y positiva.
  • Ayudarles a sentirse miembros de una comunidad que los valora.

Hay diversos estudios realizados con el estudio de la motivación de los estudiantes universitarios. Sass (1989) obtiene que las 8 características que más contribuyen a la motivación de los alumnos son:

  • El entusiasmo del profesor.
  • La importancia del material.
  • La organización de la asignatura.
  • El nivel apropiado de dificultad del material.
  • La participación activa de los estudiantes.
  • La variedad en el uso de tecnologías docentes.
  • La conexión entre el profesor y los estudiantes.
  • El uso de ejemplos apropiados, concretos y entendibles.

El estudio de Clegg (1979) cita 5 items relacionados con el entusiasmo y la expresividad del profesor. Otros aspectos que aparecen:

  • Explicar claramente el material de la asignatura.
  • Dejar claro al alumno que el profesor quiere ayudarle a aprender.
  • Definir claramente los objetivos de la asignatura.
  • Dejar claro cómo cada tema está relacionado con los demás de la asignatura.
  • Realizar un sumario de manera que ayude a la retención de los conocimientos.
  • Usar el sentido del humor.
  • Introducir ideas estimulantes sobre la asignatura.
  • Estar disponible para ayudar a los alumnos individualmente.

¿Cuáles serían los items motivacionales de los usuarios de los programas sociales? ¿Cuáles serías las características de un docente en la educación no formal? Esto habrá que crearlo.

OBJETIVOS A CONSEGUIR CON LA MOTIVACIÓN

Los objetivos evidentes al tener alumno/as o usuarios/as motivados en las actividades educativas es que los resultados son mayores y producirán un mejor beneficio humano en cada uno. Personas motivadas están más cerca de ser personas felices.

  • Orientación al logro: esforzarse por conseguir nuestro estándar de excelencia.
  • Compromiso: Alinearse con los objetivos de un grupo u organización.
  • Iniciativa: Capacidad de actuar con premura y anticipación.
  • Optimismo: Persistencia en perseguir nuestros objetivos pese a las dificultades y obstáculos.

7 VIDEOS SOBRE MOTIVACIÓN DE JOSÉ ANTONIO MARINA

ESTRATEGIAS DE MOTIVACIÓN PARA EL AULA – ¿QUÉ PODEMOS RESCATAR PARA LA ED. NO FORMAL?

EMPEZAR APRENDIENDO EL NOMBRE DE LOS NIÑOS, ADOLESCENTES O JÓVENES Y A SU SITUACIÓN INICIAL.

Para poder empezar a darles los ladrillos para construir un proyecto social será necesario primero conocerlos y saber de sus habilidades y fortalezas, para poder ofrecerles un tipo u otro de ladrillos. Creo que todos hemos aprendido de nuestra experiencia que aquellos profesores que no ponían ningún interés en aprender los nombres de los alumnos no llegaban a conectar con ellos y no inspiraban el aprendizaje. Recuerdo que mis mejores profesores eran los que realizaban un esfuerzo extra para aprender los nombres de los alumnos de una manera rápida. No podemos decir que estamos preocupados por el aprendizaje de los alumnos si no les conocemos. Realizar un esfuerzo en aprender de una manera rápida los nombres, aunque sea en un grupo amplio. Algunas pistas:

    • Aprovechemos un detalle curioso.
    • Averiguar sus posibles miedos, debilidades o dificultades.

CONOCER SUS MÉTODOS DE APRENDIZAJE.

Por medio, por ejemplo, del juego de Perry, se puede detectar el procedimiento más utilizado de aprendizaje. Consiste en que cada niño/a elija, entre las afirmaciones relacionadas con la docencia, aquéllas con las que está de acuerdo. Se puede utilizar en las primeras sesiones. Por ejemplo puedes adaptar a tu espacio este documento que Celia Rodriguez propone para el aula.


Que se note el entusiasmo con tu asignatura.

Si estás apático o aburrido, los estudiantes también lo estarán. Dicho entusiasmo viene muchas veces del gusto por la materia o por el genuino placer de enseñar. Se nota cuándo a un profesor le gusta enseñar.

Intentar individualizar la enseñanza en la medida de lo posible. Dedicar tiempo a cada estudiante.

Todos los estudiantes quieren satisfacer sus necesidades, y hay que recordar que cada alumno y cada clase son diferentes. Quieren profesores que sean reales, que les reconozcan como seres humanos, que les chequeen regularmente, que apoyen su aprendizaje, que les informen individualmente de su progreso.

Tratar a los estudiantes con respeto y confianza.

Los comentarios a los estudiantes pueden hacerse, pero nunca de forma peyorativa. Nunca ridiculizar a un estudiante en público. En ese caso, el alumno, en vez de orientar su energía al aprendizaje, la dedicará a sus sentimientos. Mejor decir las cosas en privado. Si el alumno hace una cosa bien, felicitarle; le dará confianza (en la materia y en el profesor). Démosle al estudiante su dignidad y él nos recompensará con su esfuerzo. Si detectamos una debilidad en el estudiante, dejarle claro que tus comentarios se refieren a un trabajo determinado determinado, pero no al estudiante como persona. Apoyarle al alumno, en vez de juzgarle.

Mantener altas expectativas de los estudiantes.

Si a un alumno le dices que no va a aprobar, se desmotivará. Si les animas diciendo que pueden hacerlo y se le comenta qué herramientas debe utilizar (tiempo de estudio, realización de problemas, trabajos…) sentirá que el profesor tiene confianza en él. Preguntarles qué pensarían si supieran que su médico, dentista, asesor financiero, etc. justo ha sacado aprobados en la carrera. Animarles no sólo a aprobar, sino a aprender.

Señalar la importancia de la asignatura.

Explicar en detalle por qué la materia es importante. Señalar ejemplos de su utilidad en su vida profesional. Realizar problemas prácticos de aplicación. Todo esto desde el primer día hasta el último, pero siendo realista, analizándolo en el contexto de la titulación.

Variar los métodos de enseñanza. Que valga la pena ir a clase.

No vale la pena ir a una clase en la que el profesor se limita a seguir al pie de la letra unos apuntes o un texto, simplemente leyéndolo. Se trata de evitar el aburrimiento, la rutina. Que cada clase sea una aventura nueva. Estamos acostumbrados a las clases magistrales en las que los alumnos son meros oyentes. Pero el estudiante aprende haciendo, construyendo, diseñando, creando, resolviendo, el aprendizaje mejora si se obliga al alumno a utilizar varios sentidos. La pasividad de las clases magistrales amortigua la motivación y la curiosidad de los estudiantes.

Que los estudiantes sepan qué se va a tratar en la siguiente sesión, pero sin saber cómo.

La manera en que un estudiante aprende no depende sólo de su inteligencia o de su educación anterior, sino de su estilo preferido de aprendizaje. Hay que preguntar a los alumnos cómo aprenden mejor.

Tipos de aprendizaje fundamentales:

  • Visual: aprenden mejor viendo y leyendo lo que estás tratando de enseñar.
  • Auditivo: aprenden mejor escuchando.
  • Táctil y psicomotor: aprenden mejor haciendo.

Herramientas que se pueden utilizar:

  • Clase magistral
  • Clase magistral con discusión.
  • Panel de expertos.
  • Brainstorming (lluvia de ideas).
  • Videos.
  • Discusión en clase.
  • Discusión en pequeños grupos.
  • Análisis de casos.
  • Role-playing.
  • Ejercicios-problemas de análisis.
  • Problemas de diseño-problemas complejos abiertos.
  • Simulaciones
  • Prácticas de laboratorio, visitas a empresas.

Por qué introducir el trabajo en grupo: los estudiantes aprenden mejor cuando reflexionan, dialogan , preguntan, escriben, resumen y crean su propio conocimiento. Modos de introducir el trabajo en grupo: parejas, PBL, estudio de casos, juegos, simulaciones. El PBL es una técnica en la que se le da un problema al estudiante antes de estudiar los conocimientos necesarios para resolverlo.

Otras técnicas:

  • Dejar partes en blanco en las transparencias en zonas críticas, en las que los alumnos tengan que pensar. No dar los temas completos.
  • Incluir de vez en cuando diapositivas graciosas, humorísticas….

Implicar, si es posible, al estudiante en la elección de algún tema a estudiar.

Esto puede hacerse más fácilmente en las asignaturas optativas.

Fomentar la participación activa de los estudiantes. Hacer preguntas.

Ello aumenta su interés y aprendizaje. Moverse alrededor de la clase para fomentar la discusión. Cuando un estudiante hace una pregunta, alejarse de él; así tiene que hablar a toda la clase y coge el protagonismo. Incluso en grupo grande se pueden realizar
preguntas.

Pero, un detalle: como profesores, tendemos a hacer preguntas dentro de la categoría del conocimiento en un 80 o 90% de las veces. Estas cuestiones no son malas, pero sí lo es utilizarlas todo el tiempo. Sería interesante utilizar diversos tipos de preguntas.
Aquí están los 6 tipos de preguntas definidos por Bloom (1956):

    • De conocimiento: recordar, memorizar, recogida de información (qué, quién, cuando cómo, dónde, describir).
    • De comprensión: interpretar, describir con sus propias palabras, organización y selección de hechos e ideas.
    • De aplicación: resolución de problemas, poner un ejemplo de …., decir cómo está relacionado con….., ¿por qué es importante…?
    • De análisis: identificar motivos, separación de un todo en sus partes componentes, clasificar de acuerdo con…, comparar/contrastar con….
    • De síntesis: crear un producto único, original, bien de forma verbal o un objeto físico. Combinación de ideas para formar una nueva totalidad. ¿Qué ideas puedes añadir? ¿Cómo crearías/diseñarías un nuevo…?¿Qué
      podría ocurrir si combinas…? ¿Qué solución sugerirías para…?
    • De evaluación: Hacer juicios de valor sobre asuntos. Desarrollo de opiniones. ¿Estás de acuerdo con…? ¿Qué piensas sobre…? ¿Qué es lo más importante de …? Colocar en orden de prioridad. ¿Qué criterios usarías para evaluar/valorar…?

Otra idea: utilizar la máxima: “la mejor manera de aprender algo es enseñándoselo a los demás”: que los alumnos preparen alguna presentación, lo cual puede ser factible para cursos superiores a primero.

Responder claramente a sus preguntas.

Qué se puede hacer cuando un alumno realiza una pregunta? Posibilidades: repetir la pregunta, contestarla, redirigirla, promover una discusión entre los estudiantes.

Nivel adecuado de la materia.

Si suspenden demasiados alumnos es posible que algo no se esté haciendo bien. Si los alumnos ven que suspenden en un elevado porcentaje la asignatura, se desmotivan. Relación directa entre motivación y aprobado.

Ser flexible, fluido, experimentador, con capacidad de adaptación a las circunstancias.

Tener la posibilidad de desviarte del programa si surge alguna actividad diferente de la que los alumnos puedan aprender (visitas a empresas, charlas…). Las visitas a empresas son una oportunidad única de aprendizaje.

Un buen educador debe tener un toque de humor.

Interrumpir las clases con anécdotas, analizando por ejemplos errores cometidos por alumnos anteriores, chistes, etc, crea una atmósfera más relajada que favorece el aprendizaje de los alumnos.

Utilizar la técnica del minuto en la cuartilla.

Es una manera muy rápida y simple de recoger una estimación del aprendizaje de los usuarios de las actividades. Se les dice que escriban, al final de la sesión, dos cuestiones en una frase cada una: ¿Cuál es la cosa más importante que has aprendido durante la sesión? Y ¿qué cuestión importante permanece sin resolver para ti? Partir en la siguiente sesión con el análisis de las respuestas obtenidas con la técnica: una transparencia. Nos podemos sorprender de sus respuestas.

FUENTE: Javier Sancho. Universidad del País Vasco