Capítulo dedicado a la función ejecutiva del cerebro que se llama: Empatía. Una competencia que se puede entrenar y que hace que tu trabajo y el crecimiento del grupo tengan una alta humanidad. Esta función ejecutiva desarrolla más el cerebro. Estás en el apartado de competencias del docente del siglo XXI. Mucho ánimo.
¿QUÉ ES SER EMPÁTICO?
Ser empático se constituye como una competencia fundamental para trabajar en la docencia en el siglo XXI. Por un lado mejora nuestra actividad educativa y por otro podremos enseñarla con el modelaje de cada docente. Los objetivos planteados con esta competencias son:
- Comprender a los demás: Capacidad de comprender los sentimientos y puntos de vista de los demás, prestando el interés necesario.
- Desarrollando a los demás: Ser sensibles a las necesidades de desarrollo de los demás y potenciar sus capacidades.
- Orientación al servicio: Anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los clientes.
- Gestión de la diversidad: Fomentar las oportunidades que ofrece la diversidad cultural, étnica, y diferentes tipos de personas.
- Conciencia política: Ser capaces de leer las tendencias de poder y emocionales entre los miembros de un grupo.
A continuación os traigo varios videos que aportan más datos sobre «ser empático».
EL CEREBRO EMPÁTICO, EL PODER DE LOS GESTOS
EJERCICIOS DE EMPATÍA
¿QUÉ NECESITO PARA SER EMPÁTICO?
“…Acompañaba a una amiga, cuyo bebé de 8 meses era tratado por cáncer.
Me sentaba con ella, y por horas escuchábamos un visitante tras otro decir:
– “No te preocupes, todo saldrá bien”.
Cuando finalmente nos encontrábamos a solas me miraba con sus ojos en lágrimas y me decía: “
– ¿No saben que tanto optimismo me hiere?¿No se dan cuenta de que no me dejan hablar acerca de lo que más pienso;
de que podría no mejorar? Es como si pusiesen una mano en mi boca para callarme.
Tengo que mentir y sonreír una y otra vez. El “todo saldrá bien” sólo me hace sentir peor.
¿Por qué toda esa gente no para con su optimismo y escucha un poco?…”
1. Saber escuchar
Presta atención a lo que explica o argumenta la otra persona, atiende a las manifestaciones no verbales, cómo sería en el caso de los gestos que se corresponden con el estado de ánimo que se verbaliza y no interrumpas el discurso verbal. Además, reflexiona sobre lo que la otra persona te está comunicando, expresa señales de seguimiento activo a modo de feedback: mira a la cara, asiente con la cabeza o refleja expresiones faciales congruentes con aquello que te está explicando la otra persona. Por otro lado, es necesario mostrar interés preguntando detalles sobre el contenido de la conversación.
2. Interpretar las señales no verbales
Comprende los mensajes transmitidos de carácter paralingüístico, tales como la entonación, el tiempo de respuesta, el volumen…
3. Mostrar comprensión
Podemos mostrar comprensión congruente a aquello que nos explican a través de frases como:» Comprendo que actuases así». «Entiendo cómo te sientes». «La verdad es que debiste pasarlo genial»… No se deben invalidar, rechazar o juzgar las emociones de la persona que las expresa ya que esta es una premisa fundamental para mostrar sensibilidad empática.
4. Prestar ayuda emocional si es necesario
Es importante preguntar siempre a nuestro interlocutor si necesita algún tipo de ayuda. Sin embargo, en muchas ocasiones con el simple hecho de escuchar activamente al otro le permitimos “ventilar” y gestionar su estado emocional. De esta forma siente alivio por tener un oyente confiable a quien transmitir sus emociones. Cuando la persona que escucha empáticamente ha vivido una situación emocional semejante a la que se está expresando, el proceso comunicativo es más fluido, ya que se produce una mayor sintonía emocional.
FUENTE: https://psicologiaymente.com/psicologia/empatia